El pasado 24 de agosto de 1999, un grupo de cinco submarinistas oscenses y catalanes consiguieron establecer un nuevo récord en Europa de inmersión en altitud, al sumergirse en las aguas del Ibón de Cordier o Maladeta, situado al suroeste del pico de la Madaleta y debajo del pico de la Madaleta Occi
Los cuatro integrantes del equipo. |
Los integrantes de la expedición, José Luis Cortias y Fernando Albajar (ambos miembros del Club Buceo Huesca), Gerardo Cortias y el barcelonés Jordi Laudo de Riomar Huesca y Ramón Margalef de Dofi Blau (Sabadell), realizaron esta inmersión con motivo de un proyecto de colaboración con la Unidad de Vida Silvestre del Parque Natural de Posets-Maladeta, con el fin de tomar muestras biológicas de diferentes Ibones de la zona.
CRÓNICA DEL RÉCORD EUROPEO DE BUCEO EN ALTITUDUN GRAN RETOEl buceo en lagos de alta montaña, añade a los riesgos cotidianos de la inmersión en el mar otros riesgos derivados de la baja presión atmosférica que existe en altitud.La recogida de muestras en el Ibón de Cordier o de la Madaleta representaba un gran reto para los buceadores, ya que la inaccesibilidad y altitud del lago (2.958 metros) requerían un gran despliegue técnico. La Aventura comenzó con tres de los cinco buceadores, que realizaron a pie la aproximación hasta el Ibón elegido. Dejaron el coche en el refugio de Pescadores, en el valle de Ballibierna, (Huesca) y superaron, tras siete horas de marcha los Ibones de Coronas y Cregüeña hasta llegar a su objetivo. De esta forma los buceadores del primer equipo conseguirían una buena aclimatación para la inmersión del día siguiente. Los dos componentes restantes llegaron en helicóptero al dia siguiente junto con los 400 kg. de material necesario para culminar con éxito el proyecto.
Momento del aterrizaje del helicóptero. |
La primera tarea del grupo consistió en recoger toda la información posible acerca del lago (mapas detallados de la zona, fotografías terrestres y aéreas...). Así, vieron que la única forma de acceder con el material era por aire, ya que el Ibón se encuentra rodeado de enormes tarteras sin ningún sendero definido y en las fotografías tampoco se aclaraba la disposición de un aterrizaje cómodo para el helicóptero. Esto implicaba que parte del equipo tendría que subir caminando para facilitar la descarga y aterrizaje del helicóptero.
Las autorizaciones dieron el pistoletazo de salida al proyecto. Un acceso de siete horas fue necesario para llegar hasta el Ibón con todo el material y poder estar dos días como mínimo en la montaña. Una vez en el Ibón se dispusieron a buscar el lugar idóneo para que aterrizara el helicóptero: una gran losa en la orilla sería perfecta. Tras limpiarla y sacar todas las piedras de encima marcaron la zona para el aterrizaje.Una vez finalizada la tarea de limpieza, comenzaron a tomar datos ambientales: temperatura del aire ambiente, temperatura de superficie del lago, presión atmosférica... fueron anotados cuidadosamente con el fin de confeccionar un plan seguro de buceo. La temperatura de la superficie del agua, 8,2 ºC y la presión atmosférica 544 mmHg unido a la poca visibilidad del Ibón, debido a la gran sedimentación, requerían una buena planificación.
Preparándose para la inmersión. |
Este tipo de buceo requiere un gran esfuerzo físico, implica un trabajo del organismo muy intenso, ya que, unido al riesgo de hipoxia (falta de oxigeno en sangre) , son necesarios equipos estancos para poder trabajar en esta agua.
Con una temperatura ambiente entre 22 y 24 ºC no resultaba nada agradable para el equipo permanecer equipado en superficie, pues el fuerte calor provocaba una fuerte sensación de ahogo que afortunadamente el agua se encargó de mitigar.Una vez obtenidos todos los datos se dedicaron a confeccionar los cálculos de descompresión y los riesgos hipóxicos de esta inmersión.