Ramón Julián, primero, y Patxi Usobiaga, segundo, demuestran en una de las competiciones más prestigiosas del calendario, a la que sólo se puede acceder por invitación, que esta temporada son los dos más fuertes del circuito de escalada. Ramón venía de conseguir su segundo puesto en Chamonix, y quizás este año podemos ver una bonita pugna entre él y Patxi por el Campeonato del Mundo de escalada. Irati Anda, en su primera participación, consiguió el puesto 16, ya consolidada en la elite
Fotos y clasificaciones: www.montagne-virtuel.com
Ramón, durante la final. Foto. www.montagne-virtuel.com |
¡Vaya principio de temporada están teniendo nuestros escaladores! El pasado domingo, el catalán Ramón Julián se convertía en el vencedor del prestigioso Open Internacional de Serre Chevalier, que este año, al admitir sólo a escaladores por invitación, para que el nivel fuera el mejor posible hoy en día, ha perdido el nombre de Open, quedándose en Internacional de Serre Chevalier. Y Patxi Usobiaga, el actual campeón del mundo, hizo segundo. Nadie pudo con ellos, en la que parece que puede convertirse en una tónica constante durante esta temporada. Ojalá se cumpla.
La competición resultó un tanto accidentada por las condiciones meteorológicas, que obligaron a suspender la jornada del sábado. Es el problema de celebrar una prueba de este tipo en una estación de los Alpes. Así que, tras las clasificatorias del viernes, se decidió que los escaladores se jugaran todo a una carta el domingo, en una sola vía a vista, con 7 mujeres y 7 hombres en la final: 8c para ellos, 8b para ellas. La ruta de los hombres, a la izquierda del plafón, no deja lugar a dudas acerca de su dificultad, a la vista del tamaño de sus presas. La de las mujeres, (cada vez menos diferencias entre las dificultades en competición para unas y otros, 1/3 de grado, en la actualidad…), a la derecha del panel, parece un poco más humana, si tal cosa cabe decirse a esos niveles de mutación.
Patxi, durante su actuación. Foto: www.montagne-virtuel.com |
Patxi Usobiaga sube seguro, y da la impresión de poder alcanzar la meta, pero se le escapa un pie al entrar al diedro final, por lo que queda segundo.
Y finalmente Ramón Julián, que está a punto de caer en las primeras presas, sube animado por los miles de espectadores que abarrotaban la explanada, fallando a muy poquitas presas de la salida, y consiguiendo la primera posición.
Por parte de las mujeres, la francesa Charlotte Durif fue la más fuerte, seguida por la formidable austriaca Angela Eiter, reciente vencedora del Dima Rockmaster, y por la eslovena Natalija Gros.
Destacar, como siempre, el ambientazo. Echad un vistazo a la foto de la explanada, para haceros una idea de la multitud que invade la estación alpina para ver a las y a los más fuertes y potentes escaladores del mundo.
Desconocemos si fue debido al gran ambiente, pero como dato curioso comentar que, de los 7 finalistas, dos de ellos -el austriaco David Lama y el holandés Jorg Verhoeven- no aparecieron el domingo por la final, y ni tan siquiera tuvieron el detalle de avisar a la organización. Una mala noche la tiene cualquiera, pero, puesto que no es la primera vez, algunos de estos jovencitos recién salidos podrían aprender como tener algo de respeto hacia la organización, hacia el público, hacia los espónsors, hacia la escalada y hacia ellos mismos, de gente veterana y seria, como Ramón, Patxi o Angela Eiter.
Gran ambiente para ver a los mejores escaladores |
Suponemos que debe de ser fácil que un joven frikie se endiose cuando todos los que le rodean le adoran y le veneran, y cuando además le pagan por hacer lo que le gusta y para lo que vale. Y que acabe pensado que eso es un derecho que le corresponde por ser quien es. Pero las vacaciones y los hobbies se los paga cada uno. Si uno es un profesional, tiene una responsabilidad, por muy hippie que se crea.
Con actitudes como éstas, vemos complicado que la escalada deportiva de competición llegue a ser deporte olímpico, como pretende la IFSC, y que su resonancia transcienda más allá del grupo de jóvenes escaladores que lo sigue, de momento pequeño incluso para el mundo de la montaña y la escalada. Esperemos que no hubiera observadores del COI, aunque lo lógico es que los hubiera, en una de las pruebas más importantes del calendario internacional.