Iñaki Ochoa de Olza partió ayer a toda velocidad hacia la cima del Dhaulagiri con objeto de intentar la cumbre sin hacer paradas, una idea que rondaba la cabeza del alpinista español desde el principio.
Ochoa de Olza, en el Campo II del Dhaulagiri |
Después de retirarse hace un par de días, Ochoa de Olza decidió no esperar demasiado a recuperarse y partió junto con el austriaco Christian Stangl dispuesto a apuntarse su décimo ochomil en el espacio de unas pocas horas. El navarro es todo un especialista en las ascensiones en velocidad.
Ochoa de Olza ya estuvo a 7.500 metros hace dos días, altura a la que decidió retirarse agotado después de realizar todo el trabajo de abrir huella y fijar cuerda. "La pasada noche trabajé como nunca en mi vida de himalayista", aseguró el escalador. "Con sinceridad estoy contento de lo conseguido y de cómo me siento".
El alpinista debió recuperar muy bien tras bajar al Campo Base, pues sin apenas tiempo para recuperar decidió lanzarse a por la cumbre de nuevo. "Nuestra aclimatación, estado de forma y motivación son inmejorables", advirtió tras bajar de su primer intento. "Que nadie dude que lo intentaré de nuevo, sólo o en grupo, más rápido o menos, pero lleno de ilusión como siempre".
Ochoa de Olza se encuentra en el Dhaula como miembro de una expedición internacional en la que tiene como compañeros a los italianos Nives Meroi, Romano Benet y Luca Vuerich, además de al alemán Peter Guggemos. En cualquier caso, no parece que los italianos estén colaborando mucho, así como un grupo de coreanos que también se encuentran a la expectativa. "Es un hecho, no una crítica", advirtió el español.