El escalador italiano ha sido galardonado con el David A. Sowles Award, que cada año ofrece el Club Alpino Americano, por el salvamento del británico Tom Moores en el Lhotse, lo que le impidió terminar la travesía entre esta montaña y el Everest.
Simone Moro y Denis Urubko renunciaron a completar la travesía Everest-Lhotse tras el rescate de Tom Moores |
El American Alpine Club ha designado al alpinista italiano Simone Moro como el merecedor del Davis A. Sowles memorial Award. Este es uno delos muchos galardones que concede cada año la institución estadounidense, cada uno con un objetivo y generalmente, a la memoria de uno o más miembros ilustres del club. El David A. Sowles, en concreto, se otorga a una persona que, de forma desinteresada, se haya lanzado en salvamento de un montañero (miembro de su expedición o no) en apuros, aunque ello haya supuesto renunciar al objetivo que trataba de conseguir, o incluso poner en peligro su propia vida.
E David A. Sowles, en cuya memoria se entrega el premio, fue un alpinista norteamericano que murió en los Alpes a los 29 años, y que era conocido tanto por su estilo a la hora de escalar, como por su carácter solidario y su costumbre de ocuparse del bienestar y la seguridad de otros montañeros por encima de sus propias necesidades.Simone, además de ser un gran alpinista, ha sido premiado por su comportamiento ejemplar |
El caso de Simone Moro estaba claro. El italiano realizaba, junto con Denis Urubko, el intento más serio hasta la fecha de completar la travesía Everest-Lhotse, uno de los grandes retos del alpinismo actual, puesto que nadie ha conseguido completarla hasta el momento. Justo cuando lo más difícil (la travesía propiamente dicha) estaba hecho, y ya habían llegado al Collado Sur, Simone recibió el aviso de que un alpinista había sufrido un accidente y, en mitad de la noche, y a más de ocho mil metros, abandonó la tienda para ir a buscarle, llegó hasta él , le cuidó y le llevó de vuelta a un lugar seguro (a su propia tienda, donde le dejó su saco). Con ello, Simone Moro llegó al agotamiento más absoluto, por lo que no tuvo más remedio que descender al Campo Base del Everest, y no pudo terminar la travesía. Además, hizo algo que nadie más se atrevió a hacer. A esa altura y en esas condiciones, un rescate suele ser inútil y el que lo emprenda tiene muchas probabilidades de morir en el intento.
Simone Moro, agotado tras el rescate, descansa en el CB del Everest |
La travesía sigue sin resolverse, porque su compañero, el kazajo Urubko, renunció poco después. Según dijo, no tenía sentido terminar solo lo que habían llevado a cabo los dos, formando un gran equipo. Sin embargo, Simone ha recibido el reconocimiento unánime de toda la profesión alpinística, que por una vez, ha estado de acuerdo. El premio del AAC es sólo una muestra del sentir generalizado de todos los que conocen los peligros a los que se enfrenta un montañero, especialmente cuando emprende una expedición a un ochomil.
Curiosamente, tal vez el menos consciente de la situación fuera el rescatado: Tom Moores, joven y sin demasiada experiencia, que formaba parte de una expedición comercial, hizo pública hace poco su intención de regresar a los ochomiles, pero no a Nepal, sino al Karakorum. Su objetivo, comentaba, es ser el alpinista más joven que alcanza la cima del K-2, una montaña que le puede traer aún más problemas que el Lhotse.Otros galardonados en ediciones anteriores con este mismo premio han sido Anatoli Burkeev y Pete Athans (dos de los protagonistas de la tragedia de 1996 en el Everest) en 1997, Ed Viesturs en 1994 y Gary Hemming en 1982. Viesturs protagonizó un rescate épico en el K-2 y acabó salvando la vida de Scott Fisher, que había salido con él a ayudar a otras expediciones en un año trágico. Paradójicamente, Fisher sería una de las víctimas del Everest en 1996. Gary Hemming protagonizó, junto a Royal Robbins, un famoso rescate de dos alpinistas alemanes en el Macizo del Mont Blanc.