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Fernand Petzl: la historia de un pionero; Petzl: la historia de una pasión.
En un tiempo en el que la mayoría de negocios y empresas que se crean tienen la economía como principal motor, es bueno recordar que, en el mundo de la montaña, la pasión fue la chispa que generó algunas de las mejores marcas (o de tiendas y webs como la nuestra), y que es la gasolina que sigue alimentándolas día a día.
A principios de los años 30 del pasado siglo un joven francés descubría la espeleología, y lleno de asombro de inmediato sintió que la exploración de cuevas iba a ser uno de los pilares de su vida. Su nombre era Fernand Petzl, y su edad 17 años.
Por aquel entonces esta actividad aún usaba técnicas y materiales muy rudimentarios. Así que el joven Petzl, mecánico de profesión, pronto comenzó a inventar nuevas técnicas y a fabricar después de terminar su jornada laboral los nuevos materiales necesarios para que él y sus amigos pudieran conquistar por medio de ellas galerías inaccesibles hasta ese momento.
En los años 40 siguió inventando y perfeccionando innovadores productos junto a su amigo Pierre Chevalier. Su colaboración y amistad fue fundamental en esta historia, y pronto destacaban tanto por su desarrollo de la técnica y el material como por las exploraciones que llevaban a cabo, llegando incluso a tener un récord mundial de exploración, superando los 600 metros de profundidad. Más adelante, en los años 50, Fernand Petzl lideró una expedición internacional que ya es historia de la espeleología, con un nuevo récord mundial de -1122 metros en el Vercors. Fueron años en los que siguió mejorando sus puños de progresión, cada vez más utilizados también en montaña, rescate, trabajos verticales.
Buena parte de sus mejoras técnicas se debieron al hecho de que Petzl inventó y fabricó materiales que permitían progresar por cuerdas de nylon (los primeros “ascenders”); hasta ese momento, la única opción era tirar escaleras.
Poco a poco, cada vez más, sus productos comenzaban a ser solicitados por rescatadores, trabajadores de industria y montañeros. Así que en los años 70, superando el limitado mercado de la espeleología, Fernand creo junto a sus hijos PETZL, como marca y fábrica con su propio taller, y comenzaron también con la fabricación de material de escalada y montaña y con el primer frontal para alpinistas. Una pasión vital nacida en la primera juventud había terminado generando un moderno e innovador negocio sin perder la chispa que lo originó.
Una chispa que ha sido el motor de Petzl, y que explica que su principal objetivo, por encima de cualquier otro, haya sido el de la innovación que solucionara los problemas técnicos a los que ellos se enfrentaban; por eso Fernand Petzl comenzó a fabricar en los años 30, y por eso sus sucesores y descendientes han marcado la historia del mundo de la montaña con inventos como el primer puño de progresión, el primer frontal de alpinismo, o el Gri-gri, primer asegurador automático del mercado, entre otros muchos. Sus impresionantes instalaciones-laboratorio-escuela para escaladores y, especialmente, trabajadores verticales, son una referencia en la que se gestan la mayoría de inventos y técnicas que perfeccionan y cargan de seguridad a estas actividades.
Fernand Petzl, la marca Petzl, son un ejemplo de excelencia, de como una pasión puede marcar el camino de una vida y, en este caso, el de una comunidad de deportistas y trabajadores compuesta por millones de personas en todo el planeta.