«Técnica y Práctica
04 de Junio de 2002
Descenso de barrancos
Por
Antxón Burcio -
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El barranquismo se ha convertido en una actividad tan extendida como arriesgada, en vista de creciente numero de accidentes que se registran cada año; muchos de ellos proceden de la ignorancia sobre las técnicas de progresión y el medio, algo que nos proponemos solventar, al menos en parte, a través de este artículo.
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INTRODUCCIÓN
Desgraciadamente nos estamos acostumbrando a que todos los años sucedan un número muy importante de accidentes y muertes en la práctica del descenso de barrancos, y, tras los diferentes estudios realizados sobre el tema, se ha llegado a la conclusión de que casi todas, por no decir todas las causas, se deben a imprudencias y falta de planificación.
Una actividad tan bella como es el descenso de barrancos conlleva un alto riesgo; por tanto todas las personas que se aventuren en este medio deben respetar unas normas mínimas de seguridad. Una buena planificación del descenso, una buena preparación física, una buena utilización del material adecuado y tener en cuenta la previsión meteorológica, esto nos permitirán realizar esta actividad con total seguridad.
LOS ACCIDENTES EN LOS BARRANCOSEl descenso de barrancos es una actividad que esta adquiriendo gran auge en determinadas zonas de montaña. Es a partir del año 1.987 cuando se ha generalizado a un amplio sector de la población, con el consiguiente incremento de los accidentes.
Esta es una actividad muy centrada en los Pirineos y en las Sierras Prepirenaicas. Según datos de las Unidades de Rescate en Montaña de la Guardia Civil, el 95% de los accidentes por descenso de barrancos en el Estado Español se producen en este sistema montañoso, y de ellos el 86% ocurren en la provincia de Huesca.
El primer accidente documentado data de junio de 1.987. Cuando dos montañeros franceses de 53 años quedaron bloqueados en los "Oscuros de Otín", del Mascún Superior, debido a una crecida del nivel de las aguas por una tormenta.
Desde entonces, la práctica y los accidentes en barrancos han aumentado espectacularmente. Aunque las cifras puede parecer alarmantes, considerando los datos de frecuencia y la dificultad del medio, el número no parece una exageración. Pero se ha de tener en cuenta que si en el descenso de barrancos no se hubiera impuesto la figura del guía, el número de accidentados en barrancos podría ser mucho mayor.
REPASEMOS Y CENTRÉMONOS EN LAS NORMAS MÁS ELEMENTALES Y NECESARIASAtención al riesgo para poder controlarlo.Si estamos de acuerdo en que el descenso de barrancos es una actividad de riesgo, al margen de que se lo pueda presentar como una práctica lúdica y fácil. Se acumulan varios peligros: el alejamiento (socorro tardío), la dificultad del medio (estrechez y profundidad), el propio recorrido (longitud, desnivel, resistencia), la exigencia técnica (cuerda, anclajes, destrepes, rápeles) y el agua, elemento móvil por definición y, en general mal conocido. Son varias las normas que debemos tener muy claras: no realizar la actividad sólo, no formar grupos numerosos con problemas en caso de emergencia, comenzar la actividad a hora prudencial e informar de lo que se va hacer o a dónde se va.
La buena planificación.La clave de un descenso no está nunca en su recorrido, sino en el momento en que decidimos entrar, tras sopesar capacidad y dificultades. Nos debemos informar correctamente de las características y dificultades del recorrido. Valorar sensata y prudentemente la propia condición física y preparación técnica. Según que descenso, si consideramos que no estamos preparados para realizarlo, deberemos perfeccionar nuestros conocimientos antes de realizar el descenso. No debemos dudar y preguntar o informarnos en los puntos más próximos de la actividad. Debemos tener muy claro que los barrancos son un medio que varia continuamente y las circunstancias pueden alterar informaciones o datos anteriores.
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Atención a la meteorología.
Siempre y sin ningún tipo de excusas, antes de iniciar la actividad deberemos conocer las predicciones meteorológicas. No iniciaremos la actividad con tiempo inestable o amenazador. Renunciaremos si el tiempo amenaza. Deberemos conocer las posibles escapatorias, por si nos vemos sorprendidos por una tormenta imprevista, el aumento del caudal y las crecidas pueden ser rápidas y representan un claro peligro. Atención a la información o croquis realizados normalmente en época de poca agua. La dificultad principal de un barranco es el volumen de su caudal. Comprobarlo y juzgad. No iniciaremos descensos con caudales elevados. No olvidar, en su caso, la posibilidad de desembalses de presas situadas aguas arriba. Deberemos elegir el momento adecuado en función de las condiciones del barranco y no de planteamientos personales de ocio o tiempo libre. Pensad que cada barranco tiene sus especificidades.
El equipamientoRevisar bien equipo y material; sin olvidar de verificarlo en el último momento. Atención al neopreno y sus distintas formas y posibilidades, no utilizarlo durante las marchas de aproximación o regreso y en caso de esfuerzos prolongados fuera del agua. Al impedir la evacuación del calor y el sudor, aumentan los signos de hipertermia y deshidratación. El calzado, se suele utilizar el más gastado o deteriorado para el descenso de barrancos y esto es un gran error, pues debemos tener muy claro que nos movemos en un terreno resbaladizo y con muchas posibilidades de tener lesiones. Utilizar siempre casco y que sea homologado. Un arnés y el cabo de anclaje que estén en buenas condiciones. Ajustar peso y distribución. Pensar siempre que un buen equipamiento es aquél que dispone de lo necesario, en momentos de emergencia. En función que descenso deberemos llevar un material suplementario de equipamiento que nos de garantías y seguridad, caso de fraccionamientos o anclajes en mal estado. Una cuerda de socorro.