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Alex Txikon pone fin al ataque a cima y a la expedición

La ventana de buen tiempo no ha existido, vientos muy fuertes y temperaturas extremas, junto a las previsiones de empeoramiento para una semana, obligan a Alex a dar por terminada la expedición.

Alex Txikon
Alex Txikon, en el campo base del Everest

Alex Txikon y su equipo partieron el lunes con la intención de aprovechar una mini ventana de “buen” tiempo que parecía haber hasta el miércoles por la tarde.

No era mucho, tenían que aprovechar, pero la realidad ha sido bastante peor de lo esperado: han pasado 48 horas en la montaña con vientos entre 60 y 70 kilómetros por hora y con temperaturas constantes alrededor de -40ºC (lo que unido al fuerte viento, nos hace pensar en una sensación térmica muy al límite de lo permisible en altura).

Además, los últimos partes indicaban un súbito empeoramiento, con vientos de hasta 115 kilómetros por hora y, lo que es peor, abundantes precipitaciones de nieve que se incrementan según pasan los días, dejando la montaña impracticable y con alto riesgo de aludes.

Estas circunstancias hacían imposible no solo la subida hasta el campo 4, sino incluso la permanencia en el 2, así que Alex y sus compañeros han descendido esta mañana rápidamente hasta el campo base, en donde, tras las negras perspectivas meteorológicas recibidas para los próximos días, se ha visto obligado a tomar la decisión de dar por finalizada la expedición, ante la imposiblidad material de volver a trabajar en la montaña en las escasas fechas que quedan antes de la llegada de la primavera.

“Habría sido un verdadero suicidio continuar adelante”, ha explicado Txikon a través del teléfono por satélite a los miembros de la organización. “Como responsable de la expedición no debo poner en peligro la vida de mis compañeros .. y tampoco la mía propia”, ha manifestado Txikon. “Y creedme que para mí es más difícil la decisión de bajar al Campo Base que la de subir al C4”.

“Este año –ha continuado Alex- no ha podido ser; esta montaña en invierno ofrece, mucho, mucho respeto y tampoco debemos cometer locuras que luego no podamos contar; lo cierto es que el Everest, no se va a mover de sitio; habrá más oportunidades y entonces yo volveré de nuevo a intentarloo de la manera más pura”.

Ahora toca desmontar el campo base, y regresar a Katmandú y, tras más de dos meses de expedición, volver a casa.

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