
Alex Txikon y su equipo llegaron al campo base del Everest el pasado jueves, y pronto comenzaron a trabajar, con la intención de equipar la cascada del Khumbu. Esta vorágine de seracs sólo se puede superar instalando escaleras en las grietas para cruzarlas. Han tirado ya 700m de cuerda y algunas escaleras en la aproximación a la cascada.
En temporada, esta labor es realizada por los llamados “Khumbu icefall doctors” (doctores de la cascada del Khumbu), un numeroso equipo compuesto por sherpas experimentados en este trabajo, que año tras año preparan el paso para que cuando los primeros expedicionarios lleguen al campo base, ya puedan cruzar el caos de hielo; ahora, el reducido equipo de Alex Txikon -compuesto por él, el alpinista Carlos Rubio, y unos pocos sherpas para ayudar en esta zona de la montaña- tiene que hacerlo en solitario.

Un trabajo ímprobo: esperan no poder alcanzar el campo 2, situado a 6.400m, hasta dentro de unas cuatro semanas. Alex Txikon destacó antes de partir que "lo que más miedo me da de la escalada del Everest es la cascada de hielo del Khumbu; me preocupa atascarnos en la zona; tiene su riesgo, aunque evidentemente estamos en invierno y está más estable”.
De momento, en los pocos días que llevan, el tiempo no ha dado tregua. A un frío muy intenso, que no supera los -17ºC a los 5.350m de altitud en los que se encuentran, hay que sumar un viento casi huracanado que ya les ha derribado un par de tiendas de campaña en el campo base. Además, las horas de luz son muy pocas: amanece a las 9:30am y a las 4.00pm ya es de noche.

Mientras se instalan en la rutina de una expedición invernal, van realizando los ritos preparatorios. Esto incluye la Puja, ceremonia budista para atraer a la buena suerte en la que se deposita el material que se va a utilizar (botas, crampones, …) para su bendición y para pedir que vaya todo bien en la escalada.
La expedición cuenta con el patrocinio de Barrabes.
