“No tenemos casi información sobre la zona, porque apenas la hay. Unos australianos la visitaron el año pasado, y los locales no llegan hasta allí. Pero son torres de hasta 550m de granito, todo fisuras. No es fácil llegar hasta allí, por las burocracias y lo remoto del sitio.”
Hablamos con Iker Pou antes de partir el próximo lunes hacia Rusia, con la intención de llegar a Bilibino, el último lugar habitado antes de los valles graníticos hacia los que se encaminan. Desde allí tendrán más de 100 kilómetros, que en esta época cubrirán con Quads, hasta unos 6 kilómetros antes de la entrada a los valles.
“En alguno de ellos no se ha escalado. En los demás, muy poco. Los locales no se acercan hasta allí, y sólo tenemos la referencia de los australianos. Haremos todas las compras para 3 semanas en el pueblo. Tenemos permiso de un mes, porque no hemos conseguido el visado del gobierno ruso, y sólo disponemos del de turistas. Esperamos no tener problemas con esto.”
Han conformado un equipo muy fuerte, con escaladores de The North Face: “Vamos el austriaco Hansjörg Auer, el belga Siebe Vanhee, el sudtirolés Jacopo Larcher, mi hermano Eneko y yo, como escaladores. Un equipo muy fuerte tanto en escalada como en alpinismo. Para grabarnos viene nuestro cámara habitual, Jordi Canyigueral y el fotógrafo austriaco Elías Ferdinand.”
Esperan que todo salga bien. Son unos cuantos los inconvenientes que hay que salvar: la burocracia, los mosquitos, el clima ártico, el aislamiento. “Pero con suerte, lo haremos. ¡Ganas nos sobran!”