
En una escapada con Remi Bresco por tierras levantinas, Roy de Valera, Javier Mercury y Carlos Llorca nos llevan de excursión vertical a Peña Roc. Ya desde el coche Remy y yo divisábamos la imponente silueta del techo final. Es impresionante, una mega-visera larga y muy desplomada en la que se centra nuestra mirada. Evidentemente no está abierto porque es completamente liso. Dos rutas transitan, una a cada lado, pero ninguna por el medio. Así que rápidamente surge un proyecto atractivo con Javi Mercury, al que le debía una por llevarme al Rally del Peñón, y ésta era la oportunidad perfecta para devolvérsela.
La pared desploma de principio a fin, con una roca excelente, y lo más bonito es que además es un rincón muy poco frecuentado al cual los locales le tienen una gran estima y cariño, lo que lo hace aún más especial, el poder formar parte de la historia de Peña Roc.
Así que después de buscar los días y quedar con Javi nos decidimos a irnos de “Love Climbing”.
Lo que hace especial a esta ruta es la visión diferente del concepto de artificial que reina por Levante. Evidentemente no inventamos nada, pero normalmente, a excepción de algunas rutas muy duras, las vías de artificial suelen estar bastante equipadas, usando poco clavo. En cambio esta es una vía de mucho trabajo y largos muy acrobáticos de principio a fin, recordándome muchísimo al Pilar del Segre en Vilanova de Meia. Una escalada en la que predomina el pitonaje disfrutón con un cuarto largo obligadísimo completamente desplomado y en el que pondremos al límite nuestros friends y demás cacharros infernales.
Pero la guinda del pastel que provoca esta noticia es el techo final, el cual ha sido bautizado como techo de los retornados (no son zombis...son retornados...), abierto en plena oscuridad y con una sensación de vacío, paz y tranquilidad brutal, un techo larguísimo y posiblemente uno de los más largos de Levante que todo artificiero o no que se precie debería tener en su libreta.
Agradecer la colaboración de J.M. Anaya y Carlos Llorca por esa ayudita tan importante y por esa motivación desmesurada. Estas son vías que sin ser extremas te dejan un gran sabor de boca tanto por el lugar como por la compañía y la escalada. Allí está esperando el techo de los retornados a que los más atrevidos vayan a conocer su vacío.
Material
25 clavos variados, extraplanos, V, S, y algún bong, universales, zetas...
4 anclas variadas, 3 ó 4 plomos, un juego de aliens híbridos, juego de aliens, juego de totem cams, camalots 1 y 2, juego de fisureros y opcional un juego de tricams. Alguna maderita y un buen surtido de chapas recuperables para el techo, guíndola.











