No es una gran expedición, pero sí es pequeña, bonita y con aires de libertad. Los miembros del equipo The North Face se perdieron con sus kayaks durante más de 10 días por el Green River, en donde innumerables paredes vírgenes fisuradas se abrían a su paso a ambos lados del río. Elegían las que más les gustaban, y escalaban.
Alex Honnold, Renan ozturk, son grandes escaladores y alpinistas. Daniel Woods es uno de los mejores escaladores del mundo...en deportiva. Nunca había hecho escalada tradicional, ni abierto de primero colocando cacharros. Aquí ha tenido un buen bautismo de fuego, aprendiendo y venciendo sus miedos, como puede verse en su video.
Una actividad pequeña, bella, y evocadora, unos videos bellos. En los tiempos que corren, no es lo de menos disfrutar con cositas así.
“Mi expedición de este año descendiendo el Green River ha sido la primera vez que propongo un viaje y lo organizo en todo su proceso. La idea vino de nuestro fotógrafo Celin Serbo, que me hablo de la gran cantidad de roca virgen que había en el río y de las muchas oportunidades de abrir nuevas vías.
Así, el Río Verde se convertía en el lugar perfecto para realizar una expedición de bajo presupuesto y compromiso, pero en la que, sin embargo, podía vivir buenas aventuras escalando.
Llevábamos 3 grandes canoas y una balsa. Celin y yo en una canoa, Matt y Daniel en la otra, y la tercera pilotada por John Dickey, el cámara de apoyo y un duro y todoterreno hombre del desierto. Renan y su novia Taylor solía llevar el raft, con todo el equipo fotográfico, de acampada y de escalada.
El Río Verde resultó ser un paraíso de paredes vírgenes fisuradas a ambos lados del río durante kilómetros y kilómetros, aunque realmente sólo trabajamos dos zonas principales. Adoptamos el sistema de buscar zonas de paredes interesantes, acampar, y escalar y abrir en ellas durante días, porque era demasiado laborioso descargar las barcas, instalar el campamento, etc. Fue un gran placer pasear bajo tanta pared virgen, mirando hacia arriba e imaginando las posibilidades. Me sentía como un niño otra vez, y fuimos afortunados porque encontramos algunas pequeñas verdaderas gemas, una de ellas un monstruo de fisura de 3 largos que iba hasta el final de la pared, a la que llamamos Dragón Verde.
Tras unos días de exploración y escalada, el mundo exterior había desaparecido por completo de nuestras mentes, centrados en encontrar nuevas vías -Renan, Celin y John en capturar el viaje de forma creativa y bella. Pero creo que lo que más me motivo fue ver a Daniel aprender a escalar de forma tradicional. Nunca antes había abierto poniendo cacharros. Obviamente, para uno de los mejores escaladores del mundo no fue un largo proceso, y a los 3 días abrió su primer 7c+. Pero cada largo que abrió fue una batalla épica para él. Verle superar su miedo fue realmente motivador para todos nosotros.
En definitiva, la expedición al Río Verde ha sido una buena manera de volver a nuestras raíces: un viaje sencillo a un lugar bonito con nada más que hacer excepto escalar en roca virgen.”
