Hace 9 días realizaron un intento de cima. Maciej Berbeka y Tomsz Kowalski alcanzaron los 7.800m de altura, pero los fuertes vientos les hicieron descender. Fue un ataque conjunto, con varias cordadas repartidas por la montaña; si algo ha demostrado sobradamente el alpinismo polaco a lo largo de su historia ha sido su compañerismo, su espíritu de equipo, y el perfecto engranaje de sus hombres.
Desde entonces, frío, nieve y vientos muy fuertes les mantenían parados en el campo base. Llevan ya casi dos meses aguantado el invierno del Karakorum, con la guinda del encierro que han sufrido por más de una semana: “Hoy es el noveno día desde que volvimos al campo base de nuestro intento de cima.”, decía ayer Tomasz Kowalski. “Tan solo es un día más que no se diferencia en nada de los otros. La rutina diaria está marcada por las comidas. El desayuno es la menos creativa de las preparadas por nuestro cocinero: nueve de cada diez consisten en tortilla y pan. Afortunadamente, las comidas y cenas aún nos sorprenden positivamente.”
Sin embargo, el día de ayer les sorprendió una buena noticia: tras lo peor de la borrasca, que se anunciaba anoche, con un verdadero huracán, se prevé a primeros de marzo una ventana de buen tiempo, que pretenden utilizar para otro ataque a cumbre: “Arrancamos a hablar sobre cómo calentar los pies; algunos comenzaron a afilar los crampones y todos nosotros nos sentimos motivados para lavar nuestros calcetines. Volvimos a la vida. No es un secreto que habíamos empezado a perder la esperanza y que el líder no tenía intención de esperar hasta primavera para atacar la cima. Decía que “los guerreros del hielo tienen que estar preparados para el frío y el viento”. ¡Y lo estamos! Más que nunca. Tan solo esperamos la orden de ataque."
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