Carlos Suárez comenzó ayer su regreso a casa. El dÃa 10 tiene que estar volando de vuelta por compromisos profesionales, y esa fecha es inamovible. Aprovechando que ayer algunos de los militares descendÃan hacia la civilización, empaquetó sus cosas y les acompañó. Con pena por dejar a sus compañeros tras 50 dÃas de intensa convivencia, pero sin otra posibilidad.
Los demás permanecen. Queda invierno, y lo van a intentar. En su última incursión se vieron obligados a descender de noche, en precarias condiciones, cuando el tiempo cambió y el frÃo y el viento se hicieron insoportables. Aun con todo, consiguieron llegar hasta la arista; dos inviernos les ha llevado. Ahora están a la espera del buen tiempo que les permita intentar la cima. De momento, hay anunciada una borrasca para mañana, que durará varios dÃas. Les queda una esperanza: que después de la tempestad llegue la calma.
Y puedan por fin intentarlo, tras casi 2 meses de paciencia y lucha en el Karakorum invernal.
