Actualizado 17:00h CET. Los 3 alpinistas del BAT Basque Team han concluido su travesía antártica. A las 3 de esta tarde, una hora menos en la Antártida, Iñurrategi, Vallejo y Zabalza han culminado una durísima travesía polar, 15 días antes de lo esperado. De esta manera se suman a la lista de 8 personas que han conseguido cruzar el continente helado en completa autonomía. Les quedaban 69 kilómetros para llegar a Bahía Hércules, y a pesar del buen viento anunciado, no ha sido una jornada agradable. “Hemos salido a las 5 de la mañana pensando que lo haríamos rápido pero a media mañana se ha caído el viento y hemos tenido que parar. Y los últimos kilómetros a pie”. El suelo, un infierno de hielo cristalino que les ha obligado a ponerse los crampones ya que no podían pasar de otra manera. A las 2 de la tarde (las 3 aquí) ya estaban al nivel del mar, en Bahía Hércules, donde una avioneta les recogerá para acercarles a Glaciar Union, puerta de salida de la Antártida hacia la costa chilena.
Jornada 54 de expedición. 3.322 kilómetros recorridos. Ayer fueron 170 los kilómetros recorridos por los tres alpinistas de la expedición NATURGAS/BBK TRANSANTARTIKA 2011; 170 kilómetros durante unas larguísimas 9 horas, perdiendo altura a toda velocidad y dando un buen rodeo para sortear esos campos de grietas que no les dejan un momento de descanso.
En la jornada 54 de esta travesía, de mar a mar pasando por el Polo Sur, Iñurrategui, Juan Vallejo y Mikel Zabalza se han situado ya a unos 69 kilómetros de distancia del final de su aventura: Bahía Hércules en la banquisa de Rhone, la parte helada del mar de Weddell.
Se dieron un tiempo máximo de 70 días para realizarla, y si todo marcha bien y el viento acompaña, mañana, durante la jornada 55 desde que partieran el 16 de noviembre de la Base Novolazarevskaya, habrán cumplido un sueño que hasta el momento tan sólo ha sido logrado por 8 personas: una travesía polar en completa autonomía.
Un fin de semana estratégico
Con estrategia y esperando al viento, fuera la hora que fuera, es como los tres expedicionarios han conseguido avanzar por la irregular Antártida estos últimos tres días. Tras los 162 kilómetros del jueves, el parte meteorológico anunciaba la caída del viento para las horas diurnas del viernes. Así que cometearon a partir de las 2 de la madrugada hasta que tuvieron que tumbar las cometas: 90 kilómetros muy complicados en medio de los sastrugis, afilados como cuchillos. “A veces vamos tan rápido, decía Mikel en el teléfono satélite, que pasamos verdadero miedo al ver esas grietas de hielo afiladas y tenemos que bajar la velocidad”.
El sábado, cambio de horario: el viento no apareció hasta las 12 del mediodía, así que tuvieron que alargar la jornada hasta las 9 de la noche. Sumaron 115 kilómetros. Tras los 170 de ayer y a 69 kilómetros de completar la travesía de la Antártida, los ánimos en la tienda se mantienen calmados: “mañana que sople”, dice Juan mientras calienta la cena; toca arroz de nuevo. A estas alturas, con 3.322 kilómetros en las piernas tirando de pesados trineos, ya saben que en la Antártida puede pasar cualquier cosa, tormentas feroces seguidas de días sin brizna de viento, grietas de 30 metros que se pueden tragar algún trineo, caídas en seco de la temperatura, etc. Así que “cuando despertemos, veremos la situación”. El parte anuncia vientos de 40/50 kilómetros por hora. Por delante, 69 kilómetros, quizás alguno más, para sortear el campo de cuchillas de hielo afiladas, que parecen ser paisaje habitual en este verano antártico.