"El potente anticiclón sobre el centro de Europa, me hace soñar con los Alpes. Estoy sentado delante de un ordenador en el hotel Júpiter en Adis Abbeba. Acabo de terminar un trekking por las montañas del norte de Etiopía y mientras hago tiempo para tomar un avión que me lleve a casa, me dispongo a ver condiciones de las páginas de los Alpes.
Recién aterrizado en Sondika, saco la agenda de colegas a los que puedo engañar. Realizo más o menos ocho o diez llamadas telefónicas y nada, la gente anda liada o de vacaciones, pero a última hora de la tarde recibo la llamada de Oriol Baró. En menos de cinco minutos hemos cerrado el plan y quedamos para salir en un par de días, dirección la Bonatti del Cervino. Habíamos leído que unos suizos la escalaron en 7 horas la semana pasada y eso nos hizo decantarnos por esa ruta.
En 10 horas de coche llegamos a Chamonix. Vamos directos a Grassonets, nuestra casa de verano, para hacer una visita a Didier. Nos reciben con la cena puesta en el plato, así que entre conversación y vaso de vino, nos contamos todas las batallitas del último mes. En la sobremesa hacemos un último chequeo a la meteo, que nos hace cambiar de itinerario a última hora y pasar al plan B. El anticiclón se retira el jueves y solo nos queda una jornada de buen tiempo, con poco margen de seguridad. La Bonatti tendrá que esperar y nos decantamos por la vía de los hermanos Schimd, la clásica de la cara norte. Pero según nuestras informaciones, se ha ido escalando este verano, así que pensamos que seguirá estando más o menos bien.
Aterrizar en Zermatt es todo un lujo. Las calles inmaculadas, los cochecitos eléctricos son el distintivo de que estamos en la capital alpina del Valais. En menos de dos horas nos encontramos sentados en la terraza del refugio Hörlihutten, disfrutando de un buen bocadillo. Mientras ascendíamos al refugio, bajaban varios alpinistas entre los que se encontraban Robert Jasper y Roger Schalli. La parte libre del refugio esta a tope, parece mentira que sea Octubre, aquí no trabaja ni cristo. Nos encontramos con un par de guías italianos que conoció Oriol este verano mientras guiaba en la arista Lión. Nos cuentan un poco las condiciones y el trazado de la ruta. Estas ultimas semanas ha habido bastante transito en la pared, así que algo de huella nos vamos a encontrar.
A las 3 de la mañana suena el despertador. Unos buenos tragos de te y café son el escueto desayuno que tomamos. A esta hora no nos entra nada, únicamente beber ya que en la vía no nos va a dar tiempo a nada. En menos de 30 minutos estamos cruzando la gran rimaya. Una cuerda fija nos facilita el paso, ya que hay un agujero de cojones. Unas trepadas y algo de hielo negro nos depositan en el gran plató de la cara norte.
La huella nos facilita el paso y nos guía hasta la segunda rimaya. La pendiente de unos 55/60º te pone los gemelos a tono, vamos tirando hacia arriba rápidos, parando únicamente a descansar las piernas, de momento la calidad del hielo es buena y eso nos deja progresar muy rápidos. Para cuando nos queremos dar cuenta, estamos a la altura de Solvay, pero por el camino incorrecto. La hemos cagado!!! y nos hemos ido muy a la izquierda. Decidimos destrepar unos 250 metros y hacer una gran travesía hacia la diagonal de la Schimd. El error nos ha llevado 1 hora, hasta alcanzar el camino correcto. Ahora si, vemos las reuniones de la ruta y picadas de piolet y crampones de los anteriores alpinistas. De momento vamos progresando por terreno helado y pasitos de mixto, que nos dejan escalar a pelo. La temperatura ha bajado considerablemente y el viento que anunciaba la meteo esta soplando con fuerza. Una parada técnica y seguimos como motos hacia la parte superior, en la que el terreno se vuelve mas complejo y expuesto.
Decidimos atarnos, ya que el hielo deja paso a la roca típica del Cervino. Montar reuniones es como una misión imposible en la que hay que prestar atención y perder un poco de tiempo. La ruta está poca definida y las opciones son claras. Tomamos una especie de diedro con hielo negro, que nos va dejando progresar y ganar terreno a la pared. Vamos encontrando restos de material que hace que pensemos que es el camino correcto. El guía italiano nos recomendó salir hacia la arista Zmutt, que presenta más nieve que la zona izquierda de la pared, pero nosotros cabezones tiramos recto hacia la arista Hornli. Unos cinco largos de cuerda más y alguna salida al ensamble, nos depositan a unos 200 metros por debajo de la cumbre. Son las 12:00 de la mañana y para cuando nos queremos dar cuenta estamos en la cima del Matterhorn. El último tramo lo realizamos por la arista Hörnli, disfrutando a tope de las vistas y comentando la ascensión. Nos vamos cruzando a varias cordadas que bajan por la ruta normal y les saludamos cordialmente. Fotitos cimeras y para abajo, ya que el marrón se aproxima.
En menos de 3 horas volvemos a estar de nuevo en el refugio. La nube tapa media pared y el cambio anunciado para la noche se adelanta unas horas. Menos mal que no nos metimos en la Bonatti, porque sino nos hubiera pillado el palomo. Una hora más tarde nos da tiempo de coger el último teleférico a Zermatt.
Por la noche brindamos con unas cervezas en Chamonix, mientras disfrutamos de una buena Pizza en el Stone de Argentiere."
Jonatan Larrañaga
Un poco de historia sobre la ruta
A finales de julio de 1931, los dos hermanos F y T. Schimd viajaron desde Munich en bicicleta. Acamparon cerca de Stafel y llegaron el día 30 de julio a pie del glaciar. Partieron a media noche, flanquearon la rimaya de madrugada y esa noche vivaquearon a 4150m. Al día siguiente 1 de agosto llegaron a cumbre en plena tormenta a las 14:00. Esta hazaña, extraordinaria dio la vuelta al mundo.
1ª ascensión: Hermanos F. y T. Schmid el 31 de julio y 1 de agosto de 1931. Anteriormente la primera y única tentativa importante fue la de A. Horeschowsky y F. Piekielko el 12 de agosto de 1923 (un verano muy seco). Las caídas de piedras les obligo a retroceder.
1ª solitaria: D. Marchart el 22 de julio de 1959 en 5 horas.
1ª invernal: H. von Allmen y p. Etter el 3 y 4 de febrero de 1962. Al día siguiente realizaban la segunda invernal W. Bittner, R. Kauschke, E. Kremple, L. Schómmer y P. Siegert.
1ª solitaria invernal: T. Hasegawa del 14 al 16 de febrero de 1977.
1ª española: Jordi Pons y Heinz Pokorsky en agosto de 1963.