Esto es más que estilo alpino. El pasado mes de marzo informamos sobre el fuerte grupo de guías italianos formado por Mondinelli, Bernasconi, Panzeri, Dorotei, Compagnoni y Barmasse que había conseguido permiso para acceder a la última vertiente virgen de todos los ochomiles: la cara norte del GI, la que Diemberger definió como “el último gran problema del Himalaya”. Un lugar que ya huele profundamente a las montañas de Asia Central, pero con magnitudes propias de la gran cordillera.
Finalmente parecer ser que tan solo Bernasconi, Panzeri y Barmasse se encuentran en la zona china del Karakorum, en plena aproximación. Su idea era emplear el estilo alpino. Pero lo que no sabían era hasta que punto iba a tener que ser alpino el estilo.
Portaban en regla los permisos del gobierno, del ejército y de la federación china de montañismo. Lo cual no pareció importarle lo más mínimo a su oficial de enlace, que decidió que esa zona es militar y secreta y que esa expedición por ahí no pasaba, al igual en esas viejas novelas en las cuales los funcionarios más alejados de la metrópoli se convierten en pequeños reyezuelos de su territorio.
Esto les detuvo a 30km del campo base de la montaña, en mitad de un glaciar, mientras desde Italia intentaban desbloquear la situación. Pero en la espera los 20 camelleros y 60 camellos que portaban su material tuvieron que volverse por escasez de alimento para los animales (no estaba prevista la permanencia por tantos días en un glaciar). Así que se han quedado solos los 3 con el ínclito oficial de enlace causante del desaguisado y un cocinero.
Podían haberse dado la vuelta, pero han decidido afrontar la montaña en estilo verdaderamente alpino. Ni siquiera van a tener campo base. Hoy parten hacia el pie de la montaña para intentar recorrer en el día los 30km de glaciar que les separa de la pared norte del GI, algo que no va a ser fácil porque es terreno muy descompuesto, con múltiples zonas de morrena. Con sus mochilas bien cargadas, comenzarán a hacer un pequeño depósito en donde deberían haber instalado su campo base. Durante los próximos días repetirán esta maniobra varias veces, y entonces comenzará la verdadera escalada, en una pared que ni siquiera han llegado a ver y en la que no saben qué se pueden encontrar. Con el material justo, con la comida imprescindible, el tiempo que podrán permanecer en la montaña estará fuertemente condicionado por la escasez de provisiones y lo sutil de la intendencia.
Así que la ascensión tendrá un estilo que, más que alpino, podríamos definir casi como pirenaico.
Fuente: www.montagna.org