Las nevadas de suroeste tienen algo muy especial, sobre todo para los habitantes del sur de los Pirineos. Muy húmedas, el tamaño de los copos suele exceder la media, cayendo con mansedumbre ante la ausencia de viento. El Sobrarbe y la Ribagorza suelen quedar sepultadas bajo su paso, y siempre se origina algún debate provocado por la incertidumbre habitual sobre la cota de nieve que traerán estos frentes que provienen de los lejanos mares del sur del Atlántico, con un olor exótico tan diferente a la nieve de norte. Son un regalo del húmedo océano cálido del sur que tras superar el freno de la Sierra de las Nieves en Cádiz se va enfriando y convirtiéndose en sólido mientras avanza hacia las montañas y latitudes pirenaicas.
Con estas borrascas las cantidades de nieve en la vertiente sur del Pirineo son ingentes, debido a lo húmedo de las mismas. Los valles reciben también el siempre milagro de la nieve, mientras las nubes bajas cierran la visibilidad creando durante dÃas el efecto cápsula, tan apropiado para estas fechas. AsÃ, mientras Benasque espera la llegada de los visitantes que comienzan ya a dejarse ver para pasar las vacaciones; mientras espera también el regreso de los hijos del valle para Navidad, durante estos dÃas se respira en el pueblo la tranquilidad de la nieve en los dÃas más cortos del año.
Pero no deja de sentirse una emoción y una vibración. Puede apetecer recogerse, pero lo justo. Las grandes nevadas ya están aquÃ, y no es cuestión de desaprovecharlas. Ya hemos dado la bienvenida al invierno, la primavera es muy lejana, y ahora ya sólo se puede pensar en los 5 próximos meses que nos esperan llenos de hielo y nieve.
Y como siempre, pedir mucho cuidado a todas y todos. Que la impaciencia no nos venza y nunca olvidemos el respeto que le debemos a la montaña invernal. De momento, y mientras la montaña esté asÃ, la seguridad de Cerler y Llanos es la escogida por todos para comenzar con infinitas ganas a disfrutar de este regalo del cielo. Sus descensos entre bosques helados que sólo se intuyen por la poca visibilidad, sus pistas que con la nevada que no cesa permiten durante dÃas los giros en nieve virgen en todo momento y el hecho de que antes de vacaciones, los primeros dÃas de temporada, la estación esté a disposición casi exclusiva de los habitantes del valle, con poquitos esquiadores, hacen que durante estas fechas Cerler tome un aire de estación de montaña del corazón de las Rocosas, en Colorado. Sobre Llanos del Hospital ya ni hablamos. Quien haya estado ya se lo imaginará estos dÃas; a quien no haya estado le resultará difÃcil sentirlo.
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