La vía normal al Mont Blanc queda abierta tras la llegada del frío y la nieve, que han asentado el permafrost, reduciendo su peligrosidad. Reabren Tête Rouse y Goûter.
Fue el pasado 5 de agosto cuando, debido a las penosas condiciones en las que se encontraba la montaña, con fuertes desprendimientos que la hacían peligrosísima, el regidor tomó la decisión de cerrar Goûter y Tête Rouse. Antesdeayer pidió a miembros de la Compañía de Guías de la localidad que reconocieran la ruta: además de comprobar una mayor estabilización en la bolera, la ausencia de alpinistas les permitió purgar bloques especialmente inestables.
No es una decisión definitiva: el comunicado municipal indica que, si la situación climática se degrada, volverán a cerrarse. Y como suele ser habitual, Peillex aprovecha su publicación para continuar con su persistente alegato en contra de la banalización de la montaña: “La vía real de acceso a la cumbre del Mont Blanc a través de Saint-Gervais, conocida como de Goûter, es y seguirá siendo una ruta de montaña, nunca será la atracción principal de un gran parque de atracciones donde las rocas que caen son de poliestireno.
A pocos días de las numerosas pruebas que componen la Ultra Trail del Mont Blanc, este recorrido no puede convertirse en un lugar de entrenamiento para corredores de trail en pantalones cortos y zapatillas de deporte, sin aclimatación. La memoria de los accidentes mortales nos lo recuerda”.
Y, por supuesto, lanza también una advertencia sobre las posibles consecuencias de este tipo de actividades: “Los gendarmes de la PGHM y de la Brigada Blanca estarán en la ruta, y una de sus tareas será evitar tales prácticas, de acuerdo con el decreto para la protección de áreas naturales del 10 de enero de 2020”.
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