
Ayer mismo, Jean-Marc Peillex, Alcalde de Saint Gervais, declaró que, si particulares seguÃan intentando esta vÃa, a pesar de los grandes riesgos ajenos a la actividad que conlleva, cerrarÃa los refugios de Tête Rose y Goûter.
Los siguientes fueron los guÃas italianos del Cervino quienes anunciaron que cesaban su actividad en la normal debido a que el calor habÃa dejado la montaña en unas condiciones penosas, tremendamente inestable, con grandes desprendimientos. Y asà será mientras las condiciones no cambien. Además de Mont Blanc y Cervino, tampoco guÃan en el Dent du Geant, y minimizan subidas a Monte Rosa, con perspectiva de cierre.
"Son decisiones de las compañÃas alpinas del Valle de Aosta, de acuerdo con las de Saint Gervais, Chamonix, Verbier y Zermatt", según el Collegio Nazionale Guide Alpine Italiane.
Y hoy son los guÃas suizos del Matterhorn quienes comunican que dejan de trabajar en la Arista Hornli. También desaconsejan encarecidamente la travesÃa de un dÃa por el Castor y el Polux; por primera vez en 100 años, no las ofertan. Tampoco realizan subidas al Weissmies.
Pocas horas después, han sido los guÃas suizos de Grindelwald, en el Oberland bernés, quienes publicaban una nota confirmando que también cesan las actividades en el Jungfrau, 4.158m, debido a los desprendimientos y las penosas condiciones del glaciar.
Son decisiones difÃciles, sobre todo si tenemos en cuenta la precariedad de su economÃa tras 2 años de pandemia. Pero indican a las claras la situación de las montañas europeas en este infierno de verano del que aún queda lo más duro: el mes de agosto, el "ferragosto" italiano.
"Las decisiones han sido tomadas por los GuÃas Alpinos que monitorean la situación dÃa a dÃa, quienes, viendo las condiciones particularmente delicadas de las últimas semanas, causadas por un aumento significativo de la temperatura, han considerado necesario posponer las subidas y supeditar la vuelta a la mejora de las condiciones", afirma el Colegio de GuÃas italianos. "Los GuÃas Alpinos somos los centinelas de la montaña, y siempre estamos pendientes del estado de los glaciares, paredes y rutas de acceso a las cumbres. Decisiones como éstas, aunque poco frecuentes, se toman cuando los profesionales lo consideran oportuno".
En el Pirineo, la situación más complicada se encuentra en el Aneto. No es solo el hielo fósil el que desaconseja emplear la ruta normal -en estos momentos todo el mundo sube por el ibón del Salterillo-, es que los desprendimientos desde las crestas superiores son tan virulentos y numerosos que, prácticamente, las rocas están cubriendo zonas enteras del hielo.