Del running a las carreras por montaña. Diferencias y 15 consejos fundamentales para dar el paso
¿Eres corredor de asfalto?¿Has soñado con dar el salto a las carreras por montaña? Aquí te explicamos a qué te enfrentas y cómo hacerlo.
14 años y 12 expediciones después, Clint Helander y Andrés Marin culminan un viejo sueño: apertura de The Shaft of the Abyss, 1.220m, VI, AI5R, M5, 90º, en la cara este del Golgotha, Alaska.
Lo remoto de su situación impidieron que estas montañas fueran visitadas hasta fechas relativamente cercanas. Fue David Roberts y su equipo los primeros en hacerlo y, tras ver la pared este, pensó que eso era un reto para la siguiente generación, o incluso la que la sucediera. “Muchas veces a lo largo de estos 14 años he pensado que quizás tuviera razón”, confiesa Helander.
Hasta que del 23 al 25 de marzo, formando cordada con Andrés Marín, consiguió por fin llegar a cumbre a través de esa gran muralla, abriendo una vía que han llamado The Shaft of the Abyss, 1.220m, VI, AI5R, M5, 90º, en la cara este.p>
En uno de sus intentos, en 2012, junto a Ben Trocki, fueron frenados por las condiciones apenas 2 largos después de comenzar. Pero decidieron intentar la cumbre a través de un corredor que encontraron, y consiguieron la primera cima histórica del Golgotha. Tendrían que pasar unos años hasta que conociera a su compañero de cordada perfecto para este reto: Andrés Marín. “Al conocerle supe que era quien necesita para finalizar mi sueño”.
Eso a pesar de que ambos estuvieron a punto de morir tras ser alcanzados por una avalancha en un circo en el Golgotha, en un lugar al que bautizaron como “Misfit Glacier”. En 2017 un crampón roto les obligó a regresar, y en 2018 se encontraron con tanta nieve al llegar que ni siquiera lo intentaron. El mal tiempo característico de la zona les impidió en 2019 no la escalada, sino tan siquiera volar a la montaña. Pero su perseverancia en la persecución del sueño les ha permitido cumplirlo este 2022.
No fue menos la emoción que sintió Andrés: “Mientras aseguraba a Clint desde la cima, no podía contener las lágrimas de felicidad y gratitud que sentía. El Golgotha nos permitió subir y descender. No puedo expresar la inmensa gratitud que tengo con él y con todas las personas que año tras año me han a volver a visitar un lugar tan maravilloso. Os quiero desde lo más profundo de mi corazón”.
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