
Una temporada 2020-2021 marcada por la COVID 19, que ha obligado a redescubrir las montañas cercanas, demostrando que en ellas sigue habiendo enormes posibilidades; solo hay que mirarlas con ojos nuevos. Por ello, para reflejar lo ocurrido, el Jurado ha decidido premiar una actividad de gran altura y otra fuera de esa altitud, una en Pakistán y otra en Norteamérica que sirve como excelente ejemplo de alpinismo técnico y ligero “en casa”.
Además de los dos Piolets d’Or por actividad, se otorga una mención especial a la catalana Sílvia Vidal por su contribución a lo largo de más de 2 décadas al alpinismo ético, con alto nivel de compromiso y autosuficiencia, en especial en lo referente al big wall, y se otorga el Piolet d’Or a la carrera de una vida al japonés Yasushi Yamanoi.
Pierrick Fine y Symon Welfringer
Sani Pakkush (6.952m). Cara sur y arista suroeste.
Revers Gagnant, 2.500m, M4+, WI4+, 90º
16-19 octubre 2020
Con Nepal cerrado, Pakistán se convirtió en el otoño de 2020 en el lugar de referencia para el alpinismo de altura en el mundo. Los franceses Pierrick Fine y Symon Welfringer eligieron la desconocida cara sur del Sani Pakkush, una montaña de 6.952m de altitud situada en el oeste del Karakorum que solo contaba con una cima anterior, a través de la arista noroeste, en 1991.

Ethan Berman y Uisdean Hawthorn
Mount Robson (3.954m)
Running in the shadows. 2.300m, US VI, M6, AI5, A0
30 octubre-1 de noviembre
El monte Robson es el más alto de las Rocosas canadienses, y la pared Emperor es la muralla en mixto más grande de las Rocosas. La nueva ruta abierta por el estadounidense Ethan Berman y el británico Uisdean Hawthorn sigue un complejo sistema de corredores, fue escalada en excelente estilo, se convirtió en la 1ª vía abierta en 40 años en la pared, y además no emplearon helicóptero ni en la aproximación ni en el retorno.

Sílvia Vidal. Mención especial por las actividades de su carrera y su aportación
El jurado de los Piolets d’Or han decidido premiar el estilo y las actividades que a lo largo de ya más de dos décadas ha realizado la catalana Sílvia Vidal en las grandes paredes del planeta. “Los Piolets d’Or promueven el avance del alpinisimo, el estilo alpino, hacer más con menos. Pero también el espíritu de exploración, el alto grado de compromiso y la autosuficiencia. Por eso quieren reconocer la gran contribución que a la escalada de big wall en solitario ha realizado Sílvia Vidal”.
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Yasushi Yamanoi – 13º Piolet d’Or a una carrera
El japonés Yasushi Yamanoi nació en 1965 y desde la adolescencia comenzó a poner en práctica su pasión por la escalada. Pronto se significó por escalar en solo vías de multilargos, especializándose en fisuras y escalada artificial. En mitad de los 80 un amante de este tipo de escalada tenía un lugar de peregrinación: Yosemite. Allí, entre 1984 y 1987, despuntó con las vías más difíciles del momento y con sus escaladas en solo integral. Pronto dio el salto a las paredes alpinas, tanto en Alpes como en Baffin, hasta convertirse en 1990 en la primera persona en escalar en solitario el Fitz Roy en invierno.
Sus siguientes pasos ya fueron en estilo alpino, técnico y ligero: Ama Dablam en solitario en invierno por una nueva vía, nueva vía en el Cho Oyu también en solitario, primera escalada en solitario a la cara este del Kusum Kanguru, primera escalada de Bublimoti en el Karakorum, intento de la inescalada cara este del K2 que finalizó con la escalada en solitario de la Cesen en 48 horas, apertura en el Biacherahi central, nueva vía en la cara sureste del Huandoy Este, primera escalada de la cara este del Puscanturpa este…
En 2002 Taeko y él fueron a intentar la 1ª repetición de la vía eslovena en la cara norte del Gyachang Kang, 15º montaña más alta del mundo, apenas escalada por su enorme dificultad en todas sus caras. Taeko paró a 7.600m y Yasushi alcanzó la cumbre en solitario con tiempo empeorando. El descenso se convirtió en una épica supervivencia entre avalanchas, pérdida de visión y congelaciones. Al volver a Japón tuvieron que ser severamente amputados.
La recuperación fue lenta, pero en 2005 Yasushi volvió a las grandes paredes: en China, en Groenlandia, en la India…
En medio de tan abrumadora carrera quedan numerosos intentos a grandes vías en solitario, en Himalaya, en Karakorum, en Tíbet…
Un merecidísimo Piolet d’Or, que hace reflexionar sobre el desconocimiento del alpinismo asiático. ¿Qué renombre tendría alguien con este currículo si fuera occidental?