
El alpinista abulense ha conseguido ya la cima de 12 ochomiles, 10 de ellos tras haber cumplido los 60 años, y le restan por escalar el Shisha Pangma y el Dhaulagiri.
Pero lo cierto es que, por un motivo o por otro, este último es un ochomil que se le resiste y en el que, sumando el tiempo de estancia a lo largo de las últimas dos décadas, ya ha permanecido más de 1 año y medio en su campo base. Ha llegado a estar a tan solo 80 metros de su cima, pero su habitual prudencia le hizo darse la vuelta ante las condiciones imperantes.
A pesar del año que hemos vivido, y tras suspender la pasada primavera la expedición por los confinamientos pandémicos mundiales, se ha preparado muy a fondo, como es habitual en él. Ha seguido un estricto plan de entrenamiento, e incluso ha dormido en casa en una cámara hiperbárica que reproduce las condiciones a 5.000m de altitud.
No va a estar solo en la ruta normal de esta montaña; allà se encontrará con la andorrana Stefi Troguet y el vasco afincado en Benasque Jonatan GarcÃa, quienes llevan un par de semanas aclimatando en el valle del Khumbu.