
Sigue sin tenerse noticias sobre Juan Pablo Mohr, Ali Sadpara y John Snorri desde que ayer, a las 10 de la mañana hora local, cuando habían llegado ya al cuello de botella de camino hacia la cumbre del K2, se separó de ellos Sajid Sadpara, hijo de Ali, al sufrir problemas con su regulador de oxígeno, regresando al campo 3.
Allí ha pasado la noche, con saco de dormir y hornillo, en espera de poder ver luces del trío. Llegada la mañana, y sin rastro de ellos, mientras comenzaba un operativo de rescate era convencido por las autoridades pakistaníes y por Chhang Dawa Sherpa, en el campo base, para que comenzara el descenso. “Ha estado demasiado tiempo en altura, cada vez está más exhausto, y no sería ya capaz de ayudarles si regresaran”, afirma Dawa Sherpa.
Ya ha llegado sano y salvo al campo 1, en donde le esperaban Temba Bhote y Phurbu Kusang, de Seven Summit Treks, con comida caliente, para ayudarle en el resto del descenso.
Mientras tanto, acaba de llegar un helicóptero del ejército pakistaní a la montaña con dos alpinistas de altura pakistaníes, Imitaz y Akbar, del pueblo de Ali y Sajid Sadpara. En el campo base habían preparado todo lo necesario para los alpinistas, con botellas de oxígeno y reguladores, comida y todo el material necesario para la búsqueda. La orden era que volara hasta la máxima altura posible, y así lo ha hecho. Ha alcanzado los 7.000m, pero no ha visto rastro de ellos.
Ha vuelto a Skardu, en espera de que las condiciones, que en este momento han empeorado, sean las adecuadas para un nuevo vuelo.