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Video: Mont Blanc. Estudio científico sobre el riesgo en el corredor de Goûter: recomendaciones para cruzar la Bolera

La Fundación Petzl publica un importante estudio sobre el punto más crítico de la subida al Mont Blanc.

El Colouir de Goûter, conocido popularmente en otros países como el “Corredor de la Muerte”, y en España como “La Bolera”, es uno de los puntos más críticos de la ascensión a los 4.809m de altitud del Mont Blanc por su vía normal de Goûter. Quizás el que más, porque su riesgo no proviene de la dificultad, ni se puede evitar con experiencia ni con las técnicas adecuadas.

Básicamente, para quien no lo conozca, y como puede verse en el video, la Bolera consiste en un gran corredor de roca suelta que hay que cruzar transversalmente por un punto...esperando que la mala suerte no se cebe con nosotros y nuestro cruce no coincida con una de las frecuentes caídas de piedras que bajan por el couloir.

Caídas de piedras que, entre 1990 y 2017, han provocado 347 accidentes, con 102 muertos y 230 heridos, convirtiéndose en el mayor punto negro de los Alpes. Es tan conflictivo que, en los últimos años, cuando las olas de calor elevan el riesgo al dejar la montaña y el permafrost más inestable, la alcaldía de Saint-Gervais cierra el acceso, prohibiendo llegar a la cumbre más alta de los Alpes por su ruta más concurrida.

Pero, ¿hasta que punto los accidentes en Goûter dependen de la (mala) suerte? La Fundación Petzl decidió estudiarlo. Y ahora, tras extraer sus conclusiones, son claros: “No nos resignemos a la fatalidad. Las soluciones existen. Todos podemos reducir el riesgo en la ruta normal del Mont Blanc.”

Alpinistas cruzando Goûter. Foto: Petzl
Alpinistas cruzando Goûter. Foto: Petzl

Estudio de riesgos en el Coulouir de Goûter. Como minimizarlos

El estudio ha sido dirigido por el geógrafo Jacques Mourey, de los laboratorios EDYTEM-Isterre (Universidad Savoie Mont Blanc/CNRS), junto los investigadores Pascal Lacroix, Pierre-Allain Duvillard, Guilhem Marsy, Marco Marser, Emmanuel Malet, Ludovic Ravanel y Olivier Moret, de diferentes laboratorios de las Universidades de Saboya y Grenoble. La financiación ha corrido a cargo de la Fundación Petzl.

Para realizarlo han monitorizado con diversos instrumentos todos los parámetros involucrados:

  • Sensores sísmicos para detectar caídas y desestabilizaciones y estimar su tamaño.
  • Cámaras digitales automatizadas para detectar cambios en el manto nivoso.
  • 3 sensores de temperatura enterrados 10cm en diferentes puntos del Coulouir para medir los cambios térmicos en el permafrost.
  • Un sensor piroeléctrico para medir la cantidad de personas que cruzan, el horario, y si van de ida o de vuelta.
  • Medidas topográficas de alta resolución usando escáneres láser terrestres para definir exactamente la topografía del corredor, localizando los puntos en donde comienzan las desestabilizaciones, y midiendo el volumen de material desestabilizado.
  • Dos estaciones meteorológicas que miden la temperatura del aire en las cercanías del glaciar de Tête Rousse (punto más bajo) y del Refugio de Goûter (punto superior).
  • Un pluviómetro al pie del corredor (3.270m) para medir la precipitación líquida.
  • Conclusiones

    El estudio detalla todos los datos, muy interesantes desde un punto de vista científico, que pueden consultarse en la web de la Fundación Petzl, pero en este caso vamos a detallar las conclusiones finales que afectan a la seguridad de quienes intentan ascender:

    • ¿Cuándo y por qué caen las piedras en el corredor de Goûter en la ruta normal del Mont Blanc?
    • ¿Cuáles son los períodos más peligrosos para los alpinistas?

    Caída de piedras

  • En 2018 hubo una caída de piedras cada 50 minutos de media.
  • En 2019 hubo una caída de piedras cada 37 minutos de media.

Sin embargo, los sensores sísmicos no detectan los movimientos mínimos, por lo que estas cifras probablemente estén infravalorando los desprendimientos. En 2011 se tomaron datos por observadores (solo de día), y la media resultante fue de una caída cada 28 minutos.

Sobre el tamaño, la gran mayoría pueden considerarse pequeños. Pero el hecho de que 19 fueran de gran magnitud es un indicador de una actividad gravitacional extrema. En 2019, todas las caídas de gran magnitud excepto una tuvieron lugar a partir del 2 de agosto.

Este hecho -el aumento de las grandes caídas a final de temporada- se relaciona directamente, según los investigadores, con la degradación del permafrost por acumulación de calor durante los meses de verano. Según ellos, aunque lógicas y esperables, son malas noticias, porque con el aumento de temperaturas que se da año tras año, es de esperar que los desprendimientos aumenten en intensidad y frecuencia.

Horario. "Es demasiado peligroso cruzar el corredor de 13 a 22 horas"

  • De acuerdo a los datos de 2018 y 2019, el periodo de menor actividad es entre las 2am y el mediodía, con el menor pico entre las 9am y las 10am (2 por ciento de los eventos diarios).
  • Los desprendimientos crecen notablemente entre mediodía y las 8 de la tarde, con un pico de incremento máximo a las 7pm; una caída cada 24 minutos de 7 a 8, con casi el 8 por ciento de los que ocurren en todo el día. A partir de ahí, bajan progresivamente los incidentes hasta las 9.
  • Siempre destacando que, a pesar de la repetición de los patrones, estos varían según las condiciones meteorológicas.
  • Esto tiene un grave riesgo, ya que, para muchas personas, las horas punta de caída son las horas de descenso por el corredor, con el agravante del cansancio y la falta de reflejos tras la larga jornada de cima en el Mont Blanc.

Los investigadores concluyen: “Es demasiado peligroso cruzar el corredor de 13 a 22 horas.”

Factores estacionales

En una escala estacional, los únicos factores que indican una correlación con la frecuencia de la caída de piedras es cuando la nieve se derrite y tras precipitaciones líquidas, aumentando notablemente. Cuando prácticamente no queda nieve en el corredor, el número de caídas baja considerablemente.

Directamente relacionado con la caída y desaparición de nieve están las fases de hielo-deshielo-rehielo, que también provocan un aumento de caídas.

Resumen de recomendaciones

  • Intentar cruzar siempre cuando el corredor aún está en sombra, y evitar siempre las horas que van de 13 a 22 horas. Esto supone tanto un cambio de horario si se sube para dormir en Goûter, como un cambio de logística si se quiere descender en el día de la cima hasta Tête Rouse o hasta el Nido de Águilas, para enlazar con el tren de vuelta a Chamonix.
  • Tener mucho cuidado cuando el corredor está cubierto de nieve, si ya está derritiendo. En muchas ocasiones puede dar una falsa sensación de seguridad no ver las rocas.
  • Especial cuidado en días de lluvia.

Una buena logística, siempre que fuera posible, sería dormir de subida en Tête Rouse. Partir de madrugada hacia Goûter. Y si no da tiempo a descender antes de las 2, dormir de bajada en Goûter, para cruzar la zona de riesgo a la mañana siguiente en la hora óptima.

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