De los estudios que la expedición alpinístico-científica está realizando durante estos días en el Pumori se desprenden unos resultados nada esperanzadores sobre el estado de la montaña.
Tal como informábamos hace unos días la expedición Pumori 2000 se encuentra en el Himalaya nepalí llevando a cabo labores de investigación en base a las características de las partículas de nieve. La nieve del Pumori (7.161 m), situado a caballo entre dos países de altísima densidad demográfica y creciente industralización como son India y China, será, a juicio de los científicos un buen referente para verificar la "salud" de la atmósfera. Pues bien, las primeras conclusiones de los expedicionarios en base a las pruebas realizadas no son muy optimistas. El equipo, liderado por Michelle Comi (guía de montaña y geólogo) y formado, además, por los guías Daniele Fiorelli, Fabio Salini y Daniele Bernasconi se encuentra ascendiendo a través de la ruta que recorre la pared sureste y la arista noreste de la montaña y ya ha instalado el Campo II (6.200 m).
Los alpinistas han podido constatar cómo las condiciones de la montaña no son precisamente óptimas. En sólo dos años ha habido profundas modificaciones en la cubierta glaciar, haciendo la ascensión a cumbre más técnica y sobre todo, más peligrosa: el serac (enormes fragmentos desprendidos del glaciar) del tramo intermedio de la ruta se encuentra en la actualidad muy inclinado, y otra de las expediciones que se encuentra esta temporada en el Pumori afirman que la parte final de la montaña, habitualmente fácil de superar, está ahora jalonada por grietas de cientos de metros difíciles de salvar.Tras un breve descanso en la Pirámide-Laboratorio del CNR -el instituto de investigación italiano, situada a 5.050 metros de altura-, los expedicionarios emprenderán el ataque a la cima, que llevarán a cabo en una sola jornada desde el Campo Base, para evitar pernoctar en el Campo II que se encuentra justo bajo la vertical del anteriormente citado serac.