La proliferación de expediciones ha tenido una consecuencia positiva: los sherpas de muchas expediciones han equipado ya todos los campos de altura en la vertiente sur, mientas que en la cara norte se ha montado el Campo II, liberando a los expedicionarios de la Guardia Civil de las tareas de equipamiento
Las lonas de las tiendas van poblando las laderas del Everest, cada vez más arriba. |
Mientras los expedicionarios de los distintos equipos que esta primavera se ‘aprietan’ en la vertiente nepalí del Everest aventuran sus primeros pasos hacia los campos de altura, a través de la cascada del Khumbu (que ya ha provocado un accidente con dos sherpas heridos por caída de un serac), los sherpas de altura han avanzado mucho en el montaje de Campos, habiendo llegado ya a poner en pie las tiendas del Collado Sur, que compone el cuarto y último campamento de la montaña por esta ruta.
Entretanto, en la vertiente norte de la montaña, a la que se accede por territorio tibetano, las expediciones más adelantadas (en concreto, un equipo ruso), estaba ya avanzando por encima del Campo II, si bien ha sufrido un temporal de viento que ha dañado seriamente muchas de las tiendas, y les hizo pasar una noche infernal allí arriba, anteayer.
Aspecto, el lunes, del C.B. Avanzado en la norte del Everest, que aún espera más expediciones. |
En esta vertiente se encuentra una expedición formada por miembros de los cuerpos de rescate en montaña de la Guardia Civil. Estos, que han llegado al Campo Base Avanzado (6.400 m.) hace apenas dos días, se han encontrado con todo el trabajo de equipamiento ya repartido y hecho por las grandes expediciones que llegaron primero. En una de las ya inevitables reuniones que mantuvieron con otros líderes de expediciones, se les comunicó que no tendrían que participar en el equipamiento, sino que bastaría con que pagasen una cuota de 20 dólares por personal, a cambio de poder utilizar ese material. En sus crónicas casi diarias, los miembros de los GREIM comentan que, pese a los inevitables dolores de cabeza, están aclimatando sin problemas. Los sherpas han montado ya su Campo I, a los 7.000 metros del Collado Norte, y los expedicionarios esperan poder llegar a él hoy mismo.
Al haber tantos alpinistas discurriendo por dos únicas rutas de la montaña, en las últimas temporadas lo habitual es repartir el ‘trabajo’ de equipamiento y el material aportado (cuerdas fijas y anclajes) para toda la montaña entre los expedicionarios presentes. El equipamiento corre a menudo a cargo de los numerosos sherpas de altura con los que cuentan las expediciones comerciales, claro que a cambio los demás equipos se comprometen a colaborar de otra forma o a pagar una cuota por usar las cuerdas ya instaladas; ya que, después de todo, sería absurdo pensar en montar otras cuerdas cuando, al fin y al cabo, se va a pasar por el mismo sitio.