Una buena noticia para los miles de turistas y montañeros que han evitado visitar Nepal en los últimos años, debido a la inestabilidad provocada por el conflicto entre gobierno y la guerrilla maoísta. Ahora anuncian un alto el fuego y ambas partes se sientan a negociar.
Banderas de Oración en el CB del Everest |
Entre tantas malas noticias y vientos de guerra, al menos en Nepal parece que se da un paso importante hacia la solución de un conflicto que dura ya siete años y que ha contribuido sobremanera a crear la penosa situación de bancarrota en que se encuentra sumido el país, considerado uno de los más pobres del mundo.
Sin aparente ‘enfriamiento de las hostilidades’, la guerrilla maoísta que lleva siete años practicando la lucha armada en el país, ha anunciado un alto el fuego y afirma que el gobierno está dispuesto a sentarse con ellos a negociar. Esto ha sido una sorpresa, aunque más sorprendente ha sido aún que el Gobierno confirme inmediatamente tal extremo. Aún no se ha fijado el lugar ni la fecha de las negociaciones, auque de momento ambos bandos han formado respectivos comités de representantes. Diversos gobiernos extranjeros han expresado sus felicitaciones por el gran paso delante por la paz que tal medida supone. Los nepalís esperan a ver que pasa, algo menos optimistas. El alto el fuego no significa necesariamente el conflicto, pero sí es el primero que se propone en firme, sobre todo desde la llegada del rey Gyanendra al poder; con su ascensión al trono en lugar de su asesinado hermano se endurecieron las medidas contra los maoístas, y la espiral de violencia creció, aumentando en progresión geométrica el número de víctimas... y la mala imagen del país del Himalaya de cara al exterior.
Vallas y policía en las inmediaciones del palacio real en Kathmandú |
La principal fuente de ingresos de Nepal es el turismo, y las acciones violentas de los guerrilleros, y las no menos violentas represalias de las fuerzas del gobierno, no han servido precisamente para mejorar la imagen de la nación. Aunque los maoístas declararon desde el principio que los extranjeros no eran un objetivo para sus atentados, sí es cierto que en muchas zonas exigen a los montañeros y caminantes el pago de un dinero a modo de ‘ayuda a la causa’. Esto, junto a un creciente número de atentados con bomba en la capital, Katmandú, ha causado que el número de visitantes al país del Himalaya descienda alarmantemente. La recesión económica global y el 11 de septiembre terminaron de estropear las cosas. Incluso en las áreas más transitadas (los Valles del Khumbu y el acceso al CB Sur del Annapurna), la temporada pasada el número de visitantes era, a grandes rasgos, la mitad.
Durbar Square, Kathmandú |
El movimiento maoísta, eminentemente rural, comenzó hace siete años. Sus principales objetivos han sido los puestos de policía y cuarteles militares, así como torres de telecomunicaciones. Miles de nepalís han muerto en ambos bandos. En cuanto a los turistas, trekkers y expedicionarios, diversas áreas del país han sido declaradas como ‘no recomendables’ por el gobierno y las mismas agencias locales; aquellas donde los maoístas habían tomado el control y formado un ‘gobierno del pueblo’. En otras zonas, los grupos armados comenzaron a visitar a los grupos de extranjeros que cruzaban la región a pie, exigiendo la ya citada contribución a la causa, cuya cuantía estaba estipulada de antemano. Los que han tenido esa experiencia, afirman que no ha habido problemas cuando se les ha dado lo que pedían, y que además recibían una nota escrita en nepalí donde se especificaba que ese grupo ya había ‘contribuído’ y que por tanto no debía ser molestado por otro grupo maoísta a lo largo del viaje. Otros grupos afirman que era posible incluso regatear con el ‘donativo’, en función de los miembros del grupo, el tipo de expedición, etc. No tan cordial ha sido la relación cuando el grupo extranjero se ha negado, en princiio, a pagar. Entonces ha habido amenazas por parte de los guerrilleros, y se han acabado llevando cámaras u otros objetos personales. Ejemplos de estos altercados fueron los sufridos por el grupo del que formaba parte Stevie Haston. También hubo momento tensos en un encuentro con maoístas que tuvo el grupo de Carlos Pauner, Mario Merelli, Silvio Mondinelli y Edurne Pasabán, entre otros, de camino al Makalu.