Las actividades del mundo vertical tienen por lo general una característica en común: es frecuente tener que descender rapelando. Sin embargo, el delicado mundo del hielo requiere técnicas específicas a cada una de sus múltiples variantes, y un especial cuidado a la hora de confiar nuestro peso y nuestra seguridad a la capacidad de resistencia de estas estructuras, a menudo frágiles.
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2. COLUMNAS DE HIELO. Las columnas de hielo pueden ser una rápida opción al momento de elegir el rápel. No cabe duda recordar la importancia de comprobar la resistencia y estabilidad de la columna antes de colgarnos de ella. Como norma general siempre colocaremos una cinta o cordino justamente en la base de la columna y nunca en la mitad de ella. También puede ser posible pasar la cuerda directamente alrededor de la columna, si bien la opción de la cinta funciona un poco mejor.
3. PUENTES DE HIELO. Estos ingeniosos sistemas de rapel suelen ser una buena opción a la hora de rapelar. Si las condiciones del hielo son óptimas, los puentes de hielo ó Abalakov son muy recomendables para rapelar. Su resistencia suele ser enorme, y el tiempo empleado para su confección suele ser aceptable. El material necesario para su realización es el siguiente: un par de tornillos largos de hielo, un cordino de diámetro no inferior a 7 u 8 mm. y un alambre o gancho quitafisureros. El proceso a seguir será el siguiente: primero realizaremos un agujero en el hielo ayudados de uno de los tornillos manteniendo un ángulo de unos 60 grados con respecto a la superficie. A continuación introduciremos el otro tornillo siguiendo el mismo proceso que el anterior y hasta que nos encontremos con él. El ángulo ideal que deben formar ambos tornillos es de 90 grados. Normalmente este proceso lo podremos realizar mediante el empleo de un solo tornillo. Una vez retirados los tornillos y comprobando que los dos agujeros se hayan conectados, introduciremos el cordino (éste ha de ser de un diámetro de 7u 8 mm., puesto que diámetros mayores pueden dificultar su introducción a través de los agujeros), ayudados para ello del alambre o el gancho quitafisureros. A partir de ahora solo nos quedará anudar el cordino y pasar la cuerda por él. En otras ocasiones aprovecharemos resaltes de hielo. En éstos casos simplemente perforaremos un par de agujeros con el fin de crear un puente los suficiente estable y resistente como para permitirnos rapelar.Foto 9 |
4. TORNILLOS DE HIELO. Si la situación lo requiere, en ocasiones puede ser necesario que tengamos que montar el descuelgue de dos tornillos de hielo. Quizás el hielo no sea de muy buena calidad, quizás la carga a la que someteremos el descuelgue va a ser grande, quizás no sea posible la confección de un puente de hielo o bien estamos en un apuro y necesitamos montar el tinglado rápido, quien sabe, pero un par de tornillos pueden ofrecer una buena reunión de rápel. Eso si, un poquitin caro para nuestro bolsillo, pero si nuestra vida depende de ello pienso que no hay lugar para el regateo. La confección de tal tinglado la realizaremos de la misma manera que si estuviésemos montando una reunión de aseguramiento. Un par de tornillos separados entre si por una distancia mínima de unos 80 centímetros y colocados preferentemente en ángulo evitando en lo posible la línea horizontal.
Ambos tornillos los uniremos mediante la utilización de una cinta o cordino de reunión de un diámetro fiable, normalmente no inferior a los 8 o 9 milímetros (todo ello dependiendo del fabricante) en cuerdas y 3 cm. en cintas planas. Esta cinta o cordino la podemos pasar directamente por los ojales de los tornillos, sin la necesidad de abandonar mosquetones. Todo ello dependerá de la calidad del tornillo. A continuación simplemente hemos de triangular el sistema con el fin de ejercer una buena presión sobre los seguros instalados. Una vez triangulado, podremos confeccionar un nudo en el cordino o cinta de reunión a través del cual pasaremos la cuerda.