El compañero de cordada de Chus Lago recogió en su diario los momentos clave de su veloz ascensión al Pobeda y el complicado descenso de una montaña que les ha concedido finalmente la cumbre al tercer intento, pero exigiéndoles todas sus fuerzas. Reproducimos íntegramente el diario, en español, del alpinista georgiano.
El ultimo resalte antes del Diki Pass, entre estalagmitas y carámbanos |
Agosto 12
Nos despertamos a las 5:30. Desayunamos poco y salimos a las 6:45. Hace muy buen tiempo, sin viento. Llevamos con nosotros una bombona de gas medio vacía, la cocina y alguna comida. Avanzamos bastante bien y en una hora y cuarto (a las 8) estamos en Vazha Phavela. Encontramos a Igor, que ha pasado la noche en una cueva pequeñísima. En 100 metros está la tienda de Kolia. Están fuera, haciendo las últimas preparaciones. Los dejamos abrir la huella y los seguimos en unos 150-200 metros. En dos horas pasamos la mayor parte de la arista y nos encontramos atravesando una pendiente de nieve dura. Asegurndonos en los tramos mas peligrosos llegamos en la plaza ancha 200 m antes del “Obelisco”. Nos paramos para comer y hacer agua. De repente aparece un americano quien viene desde el campo “6500” (allií pasaron la noche Kolia y Shirota; y este americano – la noche siguiente). No lleva la mochila, sino una funda de tienda con algunas cosas pequeñas. Esta descansando con nosotros, mientras hacemos agua. Podemos ver a Kolia, Igor y Shirota, zigzagueando a la derecha del “Obelisco”, subiendo más y más.
A las 12:30 volvemos a avanzar hacia el “Obelisco”, dejando la cocina y casi toda la comida en el lugar del descanso. En 10 minutos también estamos zigzagueando a la derecha del “Obelisco”. En la repisa hay un cadáver; no lo digo a Chus, es suficiente lo que ha visto. El americano es más rápido, pronto lo perdemos de vista. Subimos la pendiente de nieve, luego un pequeño corredor de roca y nieve, otra pendiente de 50 metros, otra más de 150-200 metros y llegamos a la “gran piedra”, donde encontramos unas cosas de Kolia y otros. Descansamos un poco antes de la arista estrecha que luego pasamos con mucho cuidado. A las 6 de la tarde, cuando estamos en 7350 m, encontramos a Kolia, bajando de la cumbre. Nos dice que nos falta una hora y media, incluso dos horas.Lo mismo dice el americano unos minutos más tarde, quien ahora parece muy agotado. Sabemos que es muy tarde, pero la cumbre está tan cerca...
Pido a Chus que suba lo más rápido posible. Los dos estamos cansados, pero tengo mucho miedo que no podamos bajar la arista con la luz del día. Así, pasando las últimas rocas, a las 18:55 subimos la cima del pico Pobeda.
Chus quiere llamar a España, pero no le dejo, es muy tarde. Sacamos unas fotos y empezamos a bajar. Pasamos la arista con cuidado y llegamos a la “gran piedra” a las 21:00. Por el camino, Chus pierde una manopla, le doy la mía (no las uso, trabajo con guantes). Allí paramos un poquito y habla con Oscar. Seguimos bajando. En la altura 7100 nos coge la noche, pero lo más peligroso ya hemos pasado. A las 23:30 bajamos la ultima pendiente y estamos cerca del “Obelisco”. Chus para y me enseña su mano. Tiene congelaciones, los dedos cambiaron el color. Busco un guante fino y se lo pongo en la mano, y la manopla de pluma por encima. Cojo su mochila y nos dirigimos al lugar de nuestro descanso. A las 24:00 estamos allí.
Agosto 13
Chus llega unos minutos más tarde. Mientras enciendo la cocina y intento hacer agua. Afortunadamente casi no hay viento. Salió la luna y alumbra todo. Chus está agotada, me anuncia que quiere vivaquear aquí. Intento persuadirla seguir hacia Vazha, pero ella no quiere pasar aquella pendiente peligrosa por la noche. Entonces le ofrezco quedar sola unas 3 horas, mientras yo iré y traeré la tienda y los sacos (¡que optimismo!). Le dio mi plumífero y me marcho. Son las 00:30.
Me parece que voy corriendo pero gasto 2 horas para llegar a la tienda de Kolia. Me da un vaso de té, lo tomo, pero el cuerpo no lo acepta, en unos minutos me hace vomitar.Bajo a nuestra tienda a las 02:50. ¡Gasto 20 minutos en meter los sacos en la mochila! Entiendo que con este peso gastaré muchas horas para subir el Vazha y pasar la arista. Entonces cojo el gas y toda la comida que nos queda y a las 03:15 doy la vuelta hacia Chus. Estoy muy preocupado, me arrepiento que la dejé sola. Subo al Vazha en una hora y paso la arista en dos horas. Llego con la luz del día. Pasó 24 horas que estoy de pie...
Chus esta en la misma posición. Le examino las manos. Si tiene congelaciones pero no muy graves. Ahora es muy importante bajar lo antes posible. Intento encender la cocina, pero sin éxito, el agujero esta manchado. Chus maneja repararlo y hacemos agua. Sale el sol, pero no calienta, tenemos frío. Tomamos agua (no tenemos ni café, ni te, ni vitamina) y Chus intenta a caminar, pero descubre que no ha recuperado nada. Por lo contrario, creo que la noche le quito toda la fuerza que tenía. Necesita el descanso, debe dormir unas horas.
Decidimos que volveré al “6700” para la tienda y los sacos. Afortunadamente sigue haciendo muy buen tiempo. Paso casi la mitad de la arista cuando me anuncian del CB que pronto el helicóptero volará sobre nosotros y echaran cajas para nosotros con tienda, comida, oxigeno etc y yo tengo que volver y recogerlas. Mientras Kolia cogerá nuestros sacos y llevará hasta el Vazha.
Vuelvo a nuestro “campo” a las 12:30. Daniil Ivanich dice que en el mismo helicóptero viene el grupo para ayudarnos (el helicóptero los dejará en el C2). Intento persuadirlo que no necesitamos ni el grupo ni oxígeno, pero en vano. El helicóptero aparece a las 14:30 y echa tres cajas, dos de ellas pierden en China. En la tercera solamente hay 5 botellas de te. ¡Una gran operación para 5 litros de te! Bajo unos 60-80 m para buscar las cajas, pero han desaparecido para siempre. Kolia no encontró nuestra tienda y ahora esta bajando hacia “Diki Pass”.