El entrenamiento deportivo, bien sea dirigido a personas que buscanmejorar o mantener su salud, o adeportistas de élite, ha de estar basado en ciertos principios delentrenamiento, normas que suponen unas condiciones a partir de lascuales se organiza y se estructura la planificación del mismo. Si además, la montaña es el entorno elegido paraobtener estos beneficios de la actividad física, las posibilidades semultiplican de forma exponencial.
Que el organismo responda positivamente ante un esfuerzo, es posible gracias a la supercompensación. Cuando somos sometidos a un esfuerzo, al final de un entrenamiento, nuestras posibilidades de rendir quedan disminuidas por la fatiga. Durante las horas de descanso, se ponen en marcha los mecanismos que hacen posible una recuperación total. Pero de nuevo, el organismo es tan sabio, que como medio de prevención, ante posibles nuevos estímulos, no se recupera hasta volver a nuestro nivel inicial, sino que lo hace por encima de este, mejorando en ese momento nuestras prestaciones. En esta idea se basa el principio de supercompensación. Gracias a él, se consiguen adaptaciones constantes y positivas. Y por ello, gracias a él, se mejora la salud de aquellos que hacen actividad física de forma regular en el medio natural. El organismo cada vez se hace más fuerte gracias a este mecanismo interno y hace posible que los esfuerzos cada vez vayan siendo más soportables, pudiendo disfrutar mucho más del ambiente que rodea a una gran caminata cerca de las inmensas montañas.
Y para que ello suceda, el organismo ha de ser estimulado de forma continua y progresiva. La Orquesta Filarmónica de Berlín, no afina a la perfección el primer día de ensayo. Es necesario ir repitiendo las sesiones para coordinar cada instrumento. Por lo tanto, la mejora se consigue continua y progresivamente en el tiempo. Sin duda, sin un entrenamiento continuado y progresivo a través de los días, no se consiguen adaptaciones, no se consiguen mejoras, no se respetan los principios de continuidad y progresión. Para que el ejercicio físico dé resultados positivos sobre la salud, es clave que la estimulación se realice de manera habitual y cada vez, esa estimulación ha de ser mayor, ya que de no ser así, el organismo se acostumbra a realizar siempre el mismo esfuerzo, llegando un momento en el que éste, no tiene efecto alguno sobre el individuo, y por lo tanto sobre su salud. Para ello, se han de hacer sesiones de entrenamiento variadas. Unos días a mayor ritmo y menor tiempo de duración, otras a la inversa, y otras combinando ambos métodos. Además, se ha de variar la orografía, ya que la montaña tiene esa gran cualidad. Es rica incluso en la exigencia que nos hace desarrollar. Por otra parte, es esencial una continuidad, manifestada en el esfuerzo regular a lo largo de la semana (entre 2 y 3 días como mínimo), con el fin de poder llegar al fin de semana y disfrutar al máximo, y con las mayores garantías, de un gran día de montaña.Está claro que un turismo no puede llevar piezas de un fórmula-1, al igual que una persona que pretende mejorar su salud, no puede hacer entrenamientos de Michael Johnson, Lance Armstrong o Iván Raña. Se ha de individualizar el entrenamiento. Cada persona ha de hacer la actividad física que más le conviene, en función de todas las variables que le pueden influir: hábitos de vida, sociales, culturales, ... . Además, la cuestión individual ha de ser primordial en todo momento, ya que somos únicos e irrepetibles, y como tales, hemos de buscar amoldar la actividad física a nuestras necesidades, de tal manera que obtengamos los mayores beneficios. Hemos de cumplir por lo tanto el principio de individualización. Los volúmenes de trabajo, las intensidades, los tiempos de recuperación, etc, son diferentes para cada persona, ya que cada organismo funciona de forma diferente. Se ha de buscar un entrenamiento lo más individualizado posible para que el objetivo final se consiga, o sea, para que la actividad física, realmente afecte positivamente sobre el organismo. Lo que para una persona puede ser válido, para otra puede tener un efecto excesivo o nulo. Por este motivo, es esencial “escuchar” constantemente a nuestro organismo. Saber cuándo estamos haciendo un esfuerzo excesivo y cuando podemos “exprimirnos” un poquito más. Y eso se consigue con la experiencia que da el entrenamiento continuo.
Desde luego, que a los músicos de la Filarmónica de Berlín, a Schumacher, a Michael Johnson, a Iván Raña o a Lance Armstrong, en su camino a hacia su objetivo final, hay que darles tiempo de descanso para asimilar y recuperarse del esfuerzo. Cumpliendo el principio de recuperación, estamos posibilitando el de continuidad, el de progresión y de supercompensación. “Entrenar más, no es entrenar mejor”. Descansar es parte del proceso de entrenamiento. Sabino Padilla, entrenador y médico de Martín Fiz y Miguel Induráin, define el entrenamiento como “un proceso constante entre trabajo y descanso”. El organismo es capaz de volver a entrenar sólo si se le da tiempo para recuperarse, para descansar. Cuando se descansa, es cuando realmente se consiguen las mejoras en la salud que buscamos mediante la actividad física. Un montañero lo sabe bien, y por ello, cuando llega la hora del descanso, la aprovecha. De ello depende su siguiente cima.Pero no olvidemos que somos humanos. Maravillosamente humanos. Y como tales, el tiempo nos acompaña. Aquella nave que fue a la Luna con Armstrong y sus compañeros, el Ferrari de Schumacher que ganó el Mundial de Fórmula-1 en el 2002 o las zapatillas doradas de Michael Johnson en sus records mundiales, van siendo sobrepasadas. Y las posibilidades de rendir de nuestros corazones, pulmones y músculos, van disminuyendo en sus prestaciones conforme pasan los años. Se cumple ineludiblemente el principio de los retornos en disminución. Esto es, año tras año, se van aumentando las exigencias desde la pubertad hasta la madurez, pero llegados a cierta edad, hemos de reconocer nuestra nueva situación y volver a “escuchar a nuestro cuerpo”, que nos indica que ya no es posible aquella cima o aquella gran caminata de horas y horas.