En estas últimas entregas hemos tratado de establecer una serie de estiramientos, más o menos relacionados con unas determinadas actividades de montaña. Para acabar la serie, vamos a imaginarnos las tensiones que en la espalda puede sufrir una persona que practique espeleología y a indicar algunos estiramientos que pueden ser válidos para eliminar tensiones que pueden contribuir a sobrecargar nuestra espalda.
Los estiramientos:
La espalda funciona, a nivel muscular, igual que el resto del cuerpo, aunque quizás de forma más clara todavía. Los músculos se “unen”, se ayudan unos a otros, formando verdaderas cadenas de trabajo. Los movimientos y posturas que nuestra espalda soporta son así gracias a que grandes músculos, unidos a la acción de toda esa multitud de pequeños, nos permiten esa posibilidad.
A nivel de los problemas de espalda de origen muscular o articular, en muchas ocasiones sucede de manera análoga, y es la sumación de pequeñas “agresiones” los que nos conduce a una consecuencia más importante.
Aun así, es importante decir que los estiramientos propuestos, aun siendo universales (ya que no propongo individualidades), son simplemente unas indicaciones para evitar esas pequeñas sobrecargas o “agresiones” a las que me acabo de referir, y en ningún caso un tratamiento ni un protocolo ante una patología más seria.
Vamos con ellos.
1.- Estiramiento conjunto. En este caso, es un doble ejercicio, cuyo fin será el relajar, o al menos tratar de eliminar tensión de toda la espalda. Para ello, y en primer lugar, nos pondremos echados, y estiraremos opuestamente de manos y pies, como si quisiéramos estirarnos y separar todo lo posible manos y pies, a partir de un punto central que representa nuestro ombligo.
A modo de complemento, utilizaremos un ejercicio ya propuesto para el caso de los miembros superiores (ver artículo sobre “estiramientos para escalada”). En él, nos cogíamos de una rama o marco o barra con las manos y dejábamos que nuestro cuerpo “colgara” de ellas, con los pies en el aire (sin llegar al suelo), desde una zona que nos permita hacerlo.
En conjunto, y en el orden propuesto, puede ser un buen ejercicio para iniciar la relajación de la zona de la espalda.